¿Cómo pueden afectar las enfermedades de transmisión sexual a la fertilidad y el embarazo?

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) no solo afectan la salud física y emocional de las personas, sino que también pueden tener un impacto directo en su capacidad para concebir y tener hijos.

En este artículo, nuestros expertos en Reproducción Asistida te explican cómo las ETS pueden interferir con la fertilidad tanto de hombres como de mujeres, así como cuáles son los síntomas y las complicaciones asociadas a estas infecciones, y qué opciones ofrece la Reproducción Asistida a aquellas personas que desean formar una familia, a pesar de enfrentarse a una enfermedad sexual.

Diferencia entre ITS y ETS

Cuando se habla de ETS es esencial comprender la diferencia entre ETS e ITS (infecciones de transmisión sexual). Cuando nos referimos a una infección adquirida a través de relaciones sexuales, empleamos el término ITS. Por otro lado, cuando esta infección evoluciona y causa una enfermedad, la denominamos ETS.

¿Un ejemplo? Cuando una persona adquiere el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) se considera una infección de transmisión sexual (ITS). Si esta infección progresa y causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), se clasifica como una enfermedad de transmisión sexual (ETS).

¿Cuáles son las enfermedades de transmisión sexual más comunes?

Las enfermedades de transmisión sexual, también conocidas como ETS, son causadas por microorganismos como bacterias, virus y parásitos que se transmiten de una persona a otra durante las relaciones sexuales (vaginales, anales u orales).

Entre las ETS más comunes se incluyen:

  • – Clamidia
  • – Gonorrea
  • – Sífilis
  • – Herpes genital
  • – Hepatitis B
  • – Virus del papiloma humano (VPH)
  • – VIH y SIDA
  • – Ladillas (o piojos púbicos)
  • – Tricomoniasis

Algunas ETS, como la clamidia y la gonorrea, pueden transmitirse de madre a hijo durante el embarazo o en el mismo parto, lo que aumenta el riesgo de complicaciones para el recién nacido.

Por ello, es recomendable realizarse periódicamente pruebas para detectar cualquier ETS y buscar con expertos del sector de Reproducción Asistida una alternativa para ser padres.

Síntomas de enfermedades de transmisión sexual

Los síntomas de las enfermedades de transmisión sexual pueden variar según el tipo de infección y la persona afectada. En muchos casos, las ETS pueden ser asintomáticas, lo que significa que una persona puede estar infectada sin presentar signos evidentes de la enfermedad.

Sin embargo, algunas ETS pueden causar síntomas que incluyen:

  • – Secreción genital anormal y/o con mal olor
  • – Dolor o ardor al orinar
  • – Úlceras genitales o llagas
  • – Picazón o irritación en los genitales
  • – Dolor en la parte inferior abdominal o pélvico
  • – Sangrado entre períodos menstruales en mujeres
  • – Dolor durante las relaciones sexuales
  • – Inflamación de los ganglios pélvicos
  • – Fiebre

Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden variar en severidad y pueden presentarse de manera diferente en hombres y mujeres.

Ante la presencia de cualquier síntoma sospechoso o si se ha estado en contacto con una persona infectada, es fundamental buscar atención médica para realizar pruebas de detección y recibir tratamiento adecuado.

ETS que pueden causar infertilidad

Las enfermedades de transmisión sexual pueden tener un impacto significativo en la salud reproductiva, tanto de hombres como de mujeres.

A continuación, exploraremos las ETS que pueden causar infertilidad en ambos sexos.

ETS que causan infertilidad en la mujer

Algunas ETS que ya hemos mencionado anteriormente pueden provocar complicaciones graves en las mujeres, como la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), que afecta la fertilidad femenina.

La clamidia y la gonorrea, por ejemplo, pueden conducir a la EIP, que lesiona las trompas de Falopio, causando cicatrices y adherencias que las obstruyen e impiden la llegada de ovocitos y de espermatozoides al útero.

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ETS que causan infertilidad en el hombre

Algunas ETS pueden afectar la fertilidad de los hombres al causar daño en los órganos reproductivos masculinos.

La gonorrea y la clamidia, unas de las más frecuentes, pueden provocar inflamación de los testículos, de la próstata y del epidídimo (epididimitis), el conducto que transporta los espermatozoides desde los testículos, lo que puede interferir con la producción y la calidad del esperma.

La Reproducción Asistida para ser padres en caso de ETS

La Reproducción Asistida es una muy buena opción para aquellas personas que padecen enfermedades de transmisión sexual y desean concebir un bebé de manera segura.

Cuando una persona se ve afectada por una ETS, pueden surgir desafíos importantes relacionados con la fertilidad y la salud del futuro bebé. Sin embargo, la Reproducción Asistida ofrece opciones que permiten superar estos obstáculos y cumplir su deseo de descendencia.

En primer lugar, para las parejas afectadas por el VIH u otras ETS, la Reproducción Asistida ofrece tratamientos y técnicas que reducen significativamente el riesgo de transmisión del virus de un miembro de la pareja a otro, o también al bebé.

La Reproducción Asistida no solo ayuda a prevenir el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual, sino que también puede acompañar a las parejas durante el embarazo en caso de infertilidad relacionada con una ETS.

A continuación, te explicamos cómo la Reproducción Asistida puede ayudar en pacientes con VIH.

VIH y Reproducción Asistida

Aunque el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) no causa directamente problemas de fertilidad, su presencia plantea desafíos particulares para las parejas serodiscordantes, donde uno de los miembros es VIH positivo.

En tales casos, es crucial recurrir a tratamientos de Reproducción asistida para evitar la transmisión del virus a la pareja y al futuro bebé.

Entre las opciones disponibles se encuentran la Inseminación Artificial (IA) y la Fecundación In Vitro (FIV). En el caso de que sea el hombre el portador de VIH los tratamientos incluyen un lavado seminal.

Estos procesos son altamente efectivos para minimizar el riesgo de transmisión del VIH, ya que permiten separar los espermatozoides del semen -donde se encuentra el virus- antes de su utilización en el proceso de fecundación.

De esta manera, se protege al miembro de la pareja sin VIH, evitando el contagio de la enfermedad y, también, se protege al embrión que será creado con un semen “limpio”.

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